El guionista inglés Barry Cryer explicaba el siguiente chiste: Tres hombres caminan por el bosque cuando encuentran una lámpara. Uno de ellos la recoge, la frota, y sale un genio. «Finalmente me habéis liberado después de todos estos años, así que os concederé a cada uno tres deseos». El primer tipo dice inmediatamente «quiero mil millones de dólares». El segundo hombre piensa un poco, y luego dice: «quiero ser el hombre más rico del mundo». El tercer hombre piensa aún más, y finalmente suelta: «quiero que mi brazo izquierdo rote en el sentido de las agujas del reloj por el resto de mi vida.» ¡Poof!, su brazo comienza a rotar. El genio les dice que es hora de su segundo deseo. El primer tipo dice: «quiero estar casado con la mujer más hermosa del mundo». ¡Poof!, una belleza impresionante aparece y le agarra del brazo. El segundo tipo dice: «quiero ser atractivo y carismático, para poder tener a todas las chicas que quiera». ¡Poof!, su apariencia cambia y la esposa del primer tipo comienza a coquetear con él. El tercer tipo dice «quiero que mi brazo derecho rote en sentido contrario a las agujas del reloj hasta que muera». ¡Poof!, ahora ambos brazos están girando en direcciones opuestas. El genio les dice que piensen muy cuidadosamente en su tercer deseo. El primer tipo lo hace, y después de un tiempo dice: «quiero mantenerme saludable hasta que muera». El segundo: «no quiero envejecer nunca». El tercer tipo sonríe triunfante y dice: «mi último deseo es que mi cabeza asienta de un lado a otro». ¡Poof!, ahora está moviendo la cabeza y agitando los dos brazos en direcciones opuestas. Muchos años después los tres hombres se vuelven a encontrar y charlan sobre cómo les ha ido. El primer tipo está extasiado: «invertí el dinero y lo multipliqué muchas veces, así que mi familia y yo seremos prácticamente los más ricos de los ricos para siempre. Mi esposa es una fiera en la cama y nunca me he enfermado en todos estos años». El segundo tipo sonríe y dice: «bueno, he desplegado la filantropía en todo el mundo con una fracción de mi riqueza, todavía soy el tipo más rico vivo y también venerado por mis buenas acciones. No he envejecido un día desde la última vez que nos vimos, y sí, tu esposa es bastante salvaje en la cama». Y el tercer hombre, que sigue moviendo la cabeza y agitando los brazos en direcciones opuestas, dice: «chicos, creo que la cagué».
Es una Shaggy dog story, una anécdota extremadamente larga caracterizada por una extensa narración de incidentes normalmente irrelevantes y terminada con un anticlímax. Mark Twain, Nikolai Gogol o Isaac Asimov escribieron algunas. En ellas se juega con las ideas preconcebidas que el público tiene de la narración. El público escucha la historia con ciertas expectativas, que simplemente no se cumplen o se cumplen de una manera totalmente inesperada. Y es que hemos aprendido a esperar ciertas cosas de las historias. Sabemos que tendrán interés, que habrá nudos, desenlaces, y giros, y moralejas. Pero las historias de nuestras vidas, de nuestros proyectos y de lo que hacemos en el día a día, en la gran mayoría de ocasiones, son sólo Shaggy dog stories. En No es asunto vuestro vienen cada semana emprendedores con historias geniales que te ayudarán a hacer crecer tu negocio. Hay de todo, historias con giros, logros, caídas… y también algunos que agitamos los brazos en direcciones opuestas. Y de todo se aprende. Prueba.
Por cierto, Substack acaba de sacar un casi Twitter, y ya estoy dentro. 👋🏼 No es asunto vuestro is free today. But if you enjoyed this post, you can tell No es asunto vuestro that their writing is valuable by pledging a future subscription. You won’t be charged unless they enable payments.
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