Acabo de volver de Italia. He estado con dos de mis mejores amigos comiendo, bebiendo, paseando y charlando mientras hacíamos las otras tres cosas. Hemos hablado de nuestros negocios, nuestras familias, nuestros planes y hemos debatido sobre el futuro en nuestros respectivos sectores.

La comida es también uno de los temas preferidos y recurrentes. Durante estos días hemos hablado y disfrutado de muchos platos y, claro, ha caído alguna que otra carbonara.

La pasta a la carbonara, después de la pizza, es el plato más popular del mundo. No hay ningún rincón del planeta, por más recóndito que sea, en el que no te puedas comer una pasta a la carbonara. Ninguno. (Probablemente sea una mierda, pero encontrarla, la encontrarás).

La fundación de esta receta es una obra maestra de genialidad y simpleza.

Todo comienza con la receta más simple romana, cacio e pepe, que solo lleva pimienta y pecorino romano. Si le añades guanciale tienes pasta alla Gricia. Y si, finalmente, le añades huevo, obtienes ¡carbonara! (Que ya sé que os habrán dado mil veces pasta carbonara con otros ingredientes, pero está mal).

Pecorino, pimienta, guanciale y huevo. Punto.

Una de las recetas más simples que se han creado nunca y, a la vez por extraño que parezca, de una dificultad enorme cocinarla a la perfección. Sólo hace falta que pidáis carbonara a menudo en cualquier restaurante para comprobarlo.

Conseguir la excelencia en aquello que, a priori, parece simple es de una complicación enorme. Y cagarla en lo simple es muy habitual. La simplicidad puede ocultar una gran complejidad. Y esto es la clave, que está oculta. Nuestro cerebro nos pone trabas en lo simple y la falta de atención nos puede llevar, seguro, a errores.

Pero cuando consigues hacer muy bien algo simple, puedes llegar mucho más lejos que haciendo algo complicado de manera mediocre.

Me lo estoy diciendo a mi mismo.

¡Y no pongáis crema de leche joder!

Hoy vamos a mantener esta edición simple y no os molesto con nada más. Dentro de No es asunto vuestro mucho más y mejor.

Nos vemos en Intenet

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