Charles Chaplin una vez se inscribió en un concurso de dobles de Charles Chaplin, por las risas, y quedó vigésimo séptimo.
Lo primero que piensas es en los del jurado, vaya panda de imbéciles.
Pero si le damos alguna vuelta más, tal vez haya una explicación lógica, y no relacionada con el criterio del jurado. Algo que sufrimos todos, todos los que hacemos cosas. Y que, parece, solo lo parece porque es una cuestión de exposición, que nos pasa más a los que creamos contenidos.
No siempre podemos ser la mejor versión de nosotros mismos. No siempre podemos hacer nuestro trabajo a nuestro máximo nivel. Seguramente aquel día Chaplin no estaba en su mejor momento. Pero lo importante es que, de todos los del concurso, era el único que estaba siendo él mismo. Todos los otros, sencillamente, intentaban copiar la mejor versión de otra persona.
Cada día en Internet me encuentro con casos de gente que está intentando replicar al milímetro el éxito de otros. Sin ninguna vergüenza al calco. Y, aunque lo consigan, pese a que se acerquen razonablemente a los resultados obtenidos por el original (raro es que pase), lo primero en lo que pensaré al verlo es en el patrón que está intentado suplantar.
Nada que ver a cuando me encuentro a alguien que sencillamente está intentando ser la mejor versión de él mismo.