La Café de París es una de mis salsas preferidas. La receta se elabora con más de veinte ingredientes, sobre todo especies y hierbas, en una base de mantequilla, pero la preparación original es, aún hoy en día, un secreto.
Aunque no lo parezca, voy a hablar de negocios, un poco de calma.
En 1930, los Boubier, un matrimonio que regentaba el restaurante Le Coq d’Or de Ginebra, inventaron esta salsa que usaban para acompañar una pieza de carne de buey. Años más tarde, le pasaron la receta a su hija y esta la usó en el restaurante de su marido, también en Ginebra, y de nombre Café de París.
En 1942, a raíz del éxito obtenido, tomaron la decisión de modificar el concepto del restaurante haciendo que, a partir de entonces, el único plato propuesto en el Café de París fuese la porción de entrecôte fileteado y bañado en la, ya famosa, salsa.
Y aún hoy en día, esta es la gracia del restaurante Suizo. Servir un único plato de carne, acompañada de la salsa conocida en todo el mundo. Vienen turistas de todos lados para degustar el original concepto y la receta primigenia de la salsa que intentan copiar en restaurantes de todo el planeta. Lo pone bien grande en la entrada y, orgullosamente, en todos los menús colgados por el local.
Bien pues, aún así, si vais a Google Maps y le dais al botón de las reviews malas, os encontraréis que la principal queja es que el restaurante “¡solo tiene un plato!”, que “¡dónde se ha visto algo similar!”, “¡no puedes elegir!”, “¡le pongo una estrella!”.
Los subnormales. Este es un problema del que nadie te avisa cuando creas un negocio. Hay muchos subnormales. Y algo que he aprendido con los años, es que los subnormales siempre son subnormales. Si un subnormal es subnormal, es prácticamente imposible que deje de serlo. Cuando un cliente, un usuario o alguien con el que comienzas una relación de negocios, te da problemas el primer día, hay infinitas posibilidades de que te siga dando problemas en cada una de las comunicaciones que tengas con él.
Así que la mejor opción, con diferencia, es cortar por lo sano cualquier relación con esta persona en el primer momento que detectes que es subnormal. Es igual que pierdas un cliente, un trato, un negocio o lo que sea que fuese a salir de esa relación. Es subnormal, no cambiará, y te ahorrarás infinitos dolores de cabeza.