En mi zona hay muchos rusos. Hemos tenido vecinos rusos en nuestro edificio, algunas de las casas de nuestro barrio son de rusos (con su inconfundible arquitectura…) y en el cole de mi hija muchos estudiantes son rusos. De Rusia todos ellos.
No es raro. Vivo en un pueblo con gente de muchas nacionalidades distintas, y algunos son rusos. Además, el colegio de mi hija tiene un plan educacional internacional y por eso los extranjeros lo escogen con facilidad.
Así que, cuando comenzó la invasión del hijo de la gran puta de Putin, lo primero que me vino a la cabeza fue hablar con mi hija.
Normalmente no hablamos con ella de la actualidad (y menos cuando es así de desgarradora) pero en este caso me vi en la obligación de explicarle lo que estaba pasando, sobre todo para transmitirle lo siguiente: “la invasión es culpa del gobierno de Rusia, la gran mayoría de los habitantes del país no saben ni que están invadiendo Ucrania, los rusos no tienen ninguna culpa. Así que si escuchas algún niño que arremete o le dice algo a otro alumno ruso, ve en seguida a explicárselo a la profesora porque este es un tema muy serio. Y acábate los macarrones”.
Al día siguiente le pregunté si había pasado algo en el cole sobre el tema que habíamos hablado.
No esperaba para nada su respuesta…