¡Hola queridos lectores! ¿Qué tal? ¿Cómo estáis? Aquí Victor una semana más escribiendo esta newsletter. Estos últimos días he hecho muchas cosas, ha sido una semana de mucho ajetreo intentando combinar las obligaciones laborales con la familia y ahora estoy aquí escribiendo esto para que vosotros lo leáis en vuestra bandeja de entrada. Hoy os traigo diversos temas, espero que os interesen y los disfrutéis tanto como yo los he disfrutado recopilando y escribiendo.
Los humanos hacemos cosas absurdas continuamente. Por ejemplo, introducciones de mierda que no aportan nada.
Nos pasamos la vida llevando a cabo acciones inútiles. La mayoría de las veces por desidia, porque hemos visto que así lo hacen los otros o porque, simplemente, es el camino más fácil.
Cometemos actos prescindibles uno detrás de otro, actos de todo tipo y en todos los terrenos de nuestro camino vital. Y la gran mayoría de los humanos rematamos este incomprensible historial con una última decisión absurda como colofón a nuestra estancia en la tierra: poner nuestro nombre en un trozo de piedra sobre el lecho de muerte.
Para ser recordados.
Qué enorme estupidez…
Para ser recordado, si es eso lo que quieres, basta con ser buena persona; hacer acciones nobles; intentar, el máximo de veces posible, hacer sentir emoción a los que nos rodean; hacerlos reír; y así, ganarte un trocito en la memoria de los que vivieron contigo. Hacer cosas originales, lo menos inútiles posibles, huir de lo que, por desidia, ya hace todo el mundo y ahorrase todo lo vacío. Solo así, tal vez, serás recordado.
León Tolstói, fiel a su vida simple, insistió en que su tumba no tuviera inscripción. El novelista ruso, una de las mentes más importantes de la historia de la humanidad, descansa en un rectángulo de pasto, a veces envuelto por la nieve, la hierba o las hojas de otoño. Dicen que la suya es la tumba más bella del mundo y cada año es visitada por miles de personas que lo recuerdan, aunque no tenga un trozo de piedra con su nombre, entre otras razones, por no hacer introducciones de mierda.