La ceguera del afortunado

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Los humanos somos gilipollas. Y partiendo de esta premisa, tenemos que esforzarnos para intentar cometer los menos errores posibles causados por nuestra naturaleza que nos empuja a ser imperfectos. Una de las cosas que nos sucede a menudo es que nos cuesta apreciar la belleza que nos rodea. Contra más cerca la tenemos, menos la apreciamos. Ansiamos todo aquello que no tenemos y, al mismo tiempo, no nos damos cuenta de todo lo que ya poseemos o aquello que podemos disfrutar diariamente. Como ya está a nuestro lado, como estamos acostumbrados a ello, no le damos valor. Únicamente nos acordamos de la suerte que tenemos cuando viene alguien de fuera y nos lo hace ver. Por ejemplo, si tenéis la suerte de vivir en algún lugar con buenas vistas, os habrá pasado que cuando vienen invitados y hacen alguna referencia a lo que se ve desde el balcón o desde la ventana piensas, “coño, pues tiene razón, las vistas son la hostia”. Pero verlas cada día, te había hecho olvidarlas.

Como somos gilipollas, tenemos que hacer muchos esfuerzos para modificar nuestra naturaleza y nuestros malos hábitos. Tenemos que esforzarnos para no joder nuestro cuerpo comiendo demasiado o comiendo basura, tenemos que marcarnos rutinas para movernos y ser más activos, tenemos que buscar momentos de relax para evitar el estrés… y también tenemos que forzarnos a valorar la belleza que nos rodea. Yo lo hago a menudo. Son muy pocos los días que pasan en los que no me obligo a parar un momento y reconocer la suerte que tengo, de estas vistas, de esta familia, de este trabajo, de este cuerpo*…

Valorar lo que ya tienes te ayuda a ser más feliz y a evitar el ansia del deseo injustificado.

Pero el deseo es un motor que nos ayuda a avanzar… Así que, como en todo, equilibrio.

Personal

• Ya estamos instalados en la casa nueva. Sería genial que alguien hubiera inventado un mecanismo que me permitiera compartir una imagen para que viérais la situación en la que ahora estoy escribiendo esto. Sería la mejor manera para que os hicierais una idea. Pero este formato que hemos elegido para comunicarnos tiene las limitaciones que tiene.

• Los últimos días solo hago que mover cosas de un sitio para otro, bricolaje y comprar por Internet como si no hubiera un mañana. Trabajar poco. Y me estoy acostumbrando. Mi cerebro se ha adaptado rápidamente a quedarse en blanco y entregarse solo a lo físico. No tengo prisa por volver a las largas jornadas delante del ordenador.

No es asunto vuestro

• La entrevista que se emite este jueves es diferente a todas las otras e idea de un suscriptor de No es asunto vuestro, Jorge Blanco. Hace un tiempo me envió un email genial con una propuesta que no pude rechazar. Espero que os guste.
• Sé que os debo un asunto. Me he comprado el nuevo iMac (para que llegue en septiembre) y he preparado un episodio sobre los dispositivos que utilizo. Lo intento colgar lo antes posible. 

*DE QUÉ COÑO TE RÍES