¿Te has alegrado alguna vez del fracaso de los demás?
No pasa nada, la ciencia dice que es algo innato en los humanos. El problema es si te pasa a menudo, y en seguida de voy a decir por qué. Se llama “schadenfreude”, y es una palabra alemana formado por dos. (A los alemanes les encanta juntar palabras) Significa: daño y alegría.
Cuando te expones en Internet, y a la mínima que vas adquiriendo cierta notoriedad, siempre aparecen personajes cargaditos de “schadenfreude”.
Por ejemplo el otro día nos dejaron este comentario en NordicWire: “Lleváis mil años en YT, no subís en suscriptores. Habéis pasado de la gracia al cansinismo puro, sois como Buenafuente cuando dejó TV3 y se pasó a Antena3 pensando que iba a triunfar y… vaya ostiazo.”
Este señor se burla y alegra de lo que él piensa que es un fracaso.
Todos los estudios que se han hecho sobre el tema demuestran que los individuos con menos autoestima tienden a experimentar “schadenfreude” con más frecuencia e intensidad. Y todo causado por la inclinación psicológica del ser humano a proteger su propia identidad.
Alguien con una autoestima alta, alguien seguro de si mismo, le va a sudar la polla enormemente las circunstancias, los éxitos y los fracasos de otra persona porque tendrán poco impacto en su propio estatus o bienestar.
Por el contrario, para alguien con baja autoestima, alguien que tiene más éxito supone una amenaza para su sentido de sí mismo, y ver caer a esta persona puede ser una fuente de consuelo porque percibe una mejora relativa imaginaria en su posición interna.
Básicamente, cuando veáis alguien comentando al estilo del señor anterior, intentad no sufrir “schadenfreude” por él porque lo más provable es que esté sumido en la mierda.
Y para no sufrirlo, la única solución es hacer cosas y estar lo máximo posible orgulloso del trabajo de uno mismo. Si queréis vivir de cerca historias de emprendedores libres de “schadenfreude”: noesasuntovuestro.com
Nos vemos en Internet.