El 5 de septiembre de 1977 la NASA lanzó desde Cabo Cañaveral la sonda espacial robótica Voyager 1 con la misión de explorar los límites del sistema solar.
13 años después, el 14 de febrero de 1990 la sonda se encontraba a 6000 millones de kilómetros de la tierra, había terminado su misión principal y estaba abandonando el Sistema Solar. Antes de apagar algunos de los elementos de la sonda, el científico Carl Sagan pidió a la NASA que le dieran la vuelta a la cámara y que intentaran hacer una última foto de la tierra desde esa distancia.
Y así obtuvimos la imagen más lejana jamás tomada de la tierra. Una fotografía que mostraba a nuestro planeta como una mota de polvo o punto de luz casi imperceptible. Cuando Carl Sagan vio esa imagen, escribió.
Un punto azul pálido. Mira ese punto. Eso es aquí. Eso es nuestro hogar. Eso somos nosotros. En él, todos los que amas, todos los que conoces, todos de los que alguna vez escuchaste, cada ser humano que ha existido, vivió su vida. La suma de todas nuestras alegrías y sufrimientos, miles de religiones seguras de sí mismas, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y recolector, cada héroe y cobarde, cada creador y destructor de civilizaciones, cada rey y campesino, cada joven pareja enamorada, cada madre y padre, niño esperanzado, inventor y explorador, cada maestro de la moral, cada político corrupto, cada “superestrella”, cada “líder supremo”, cada santo y pecador en la historia de nuestra especie, vivió ahí – en una mota de polvo suspendida en un rayo de sol.
La Tierra es un escenario muy pequeño en la vasta arena cósmica. Piensa en los ríos de sangre vertida por todos esos generales y emperadores, para que en su gloria y triunfo, pudieran convertirse en amos momentáneos de una fracción de un punto. Piensa en las interminables crueldades cometidas por los habitantes de una esquina del punto sobre los apenas distinguibles habitantes de alguna otra esquina. Cuán frecuentes sus malentendidos, cuán ávidos están de matarse los unos a los otros, cómo de fervientes son sus odios. Nuestras posturas, nuestra importancia imaginaria, la ilusión de que ocupamos una posición privilegiada en el Universo… es desafiada por este punto de luz pálida.
Nuestro planeta es una solitaria mancha en la gran y envolvente penumbra cósmica. En nuestra oscuridad —en toda esta vastedad—, no hay ni un indicio de que vaya a llegar ayuda desde algún otro lugar para salvarnos de nosotros mismos. Tal vez no hay mejor demostración de la locura de los conceptos humanos que esta distante imagen de nuestro minúsculo mundo.
Este 2022 en No es asunto vuestro seguiremos hablando de nuestros proyectos, seguiremos aprendiendo y creando porque mantenernos ocupados es una ley insalvable de nuestra condición. Pero siempre intentando disfrutar del camino, dentro de esta importancia imaginaria y poniéndolo todo en perspectiva porque es lo único que podemos hacer viéndonos a nosotros mismos en ese punto azul pálido.
Deseo que tengáis un feliz año. Y, si este es el año en que has decidido que vas a comenzar tu proyecto, tal vez te interese escuchar las experiencias de los emprendedores que forman la comunidad de No es asunto vuestro Seguro que será un buen punto de partida.
Gracias por haber estado ahí este 2021.
Nos vemos también al siguiente. Nos vemos en Internet.